dibujamos un país
soñando vidas buenas
rescribiendo recuerdos
inventados bajo
el manto nocturno del tiempo
en su inmensidad
en su inmensidad
más humana,
en su dimensión
más humilde
en su extensión
más austera.
en su dimensión
más humilde
en su extensión
más austera.
El tiempo desgranado
como cereal al desayuno,
ablandado por los
litros de distancia,
nos emborrachó de lucidez
y como quien dice
nos vemos,
nos veíamos...
como el problema a la solución
antes de su inexistencia.
como la alegría
a los estatutos del tiempo
(que Parra maldijo),
como la acción que no mueve al vacío.
Ahora sin temores,
nos debemos la paz
ese primordial encuentro
con ese ser...
ese que todavía no somos
pero es quien llegará
a ese otro puerto.
a ser escribiento.