La necesidad imperante de un espacio en blanco,
de una pausa en el tiempo,
de un descanso en la memoria,
crea una implosión de esparcimiento
en un estallido mudo de colores ambiguos.
Colores que cambian constantemente entre si
generando nuevas visiones de las mismas cosas
Impulsan un nuevo entendimiento,
y nuestros caminos adyacentes generan una curva acelerada
sumando fuerzas hacia un lugar indeterminado.
entre ellos, los amantes,
hay un acuerdo tácito, un contrato organico de diluir el alma en clementina
Emprender carrera hacia el centro de lo errático,
tormentas de incertidumbres se vuelven calmas
y aquellos que ya son uno
peregrinan rodeando la semilla de una nueva construcción,
conjugando personas en vez de verbos
resonando emociones en vez de notas.
Seremos lo que debamos ser;
seremos partitura en blanco,
seremos lo innegable de lo improvisado.
seremos acordes sonrientes de una mañana lumínica
Con el permiso de un paisaje anónimo,
te dibujo en la inmortalidad de las palabras,
y antes que todo decante, sepas que no debes cargar
con la culpa de los pueblos
el calvario de lo que antecede.
Tú que llevas alas en llave de sol,
muéstrame la nueva luz de pentagrama
hacia la sinestecia de la vibración
que le da el color blanco de un libro por escribir
a mis años que son un lienzo desdibujado.
Retrátame una vida al trazo libre de tus manos que son mi origen
tíñeme esta sangre inocua con oleos supremos de tus besos
que son mis besos.
